Según señala una publicación científica en el portal ScienceDirect, en un futuro no muy lejano se podría emplear una tecnología inspirada en los sistemas de suspensión de los autos de Fórmula 1 para construir rascacielos, los cuales vendrían a reemplazar los contrapesos actuales que se utilizan en este tipo de estructuras.
En este sentido, los rascacielos modernos están estabilizados contra vientos fuertes y terremotos por dispositivos llamados amortiguadores de masas sintonizadas, los cuales están ubicados en sus pisos superiores. Los amortiguadores actúan como péndulos, contrarrestando cualquier movimiento. No obstante, son considerablemente pesados y grandes (hasta 1.000 toneladas) y añaden un costo adicional por instalación a la estructura, el cual puede fácilmente rebasar el millón de euros.
Por dichas razones, los arquitectos e ingenieros han estado buscando una alternativa que permita reducir costos e incrementar la efectividad. Entrando en detalles, se ha tomado inspiración de la tecnología de suspensión utilizada en los coches de carreras de Fórmula 1, la cual se le conoce como Inerter, J-Damper o amortiguador inercial.
Un Inerter es un dispositivo de dos terminales en el que las fuerzas aplicadas en los terminales son iguales, opuestas y proporcionales a la aceleración relativa entre los nodos.
El principio del sistema de suspensión de los autos Fórmula 1 podría usarse para construir rascacielos
En este sentido, los revolucionarios amortiguadores de rascacielos inspirados en la fórmula 1 están siendo desarrollados por Agathoklis Giaralis, experto en dinámica estructural de la Universidad de Londres y sus colegas. El nuevo diseño del amortiguador utilizaría un disco giratorio impulsado por un conjunto de engranajes, el cual gira para contrarrestar cualquier movimiento del edificio.
De ser factible, se podrían reducir los requerimientos de peso de los amortiguadores de masas sintonizadas hasta un 70%, permitiendo así construir edificios más altos y delgados sin causar mareos para los ocupantes. Adicionalmente, se ahorrarían materiales, espacio y las estructuras serían todavía más atractivas.
Según los investigadores, la instalación de los nuevos amortiguadores en un edificio de acero de 20 pisos reduciría la cantidad de acero necesaria para vigas y columnas hasta en un 30 por ciento. Asimismo, se ha llevado a cabo pruebas computarizadas que demostraron que de instalarse el nuevo dispositivo de amortiguación en un edificio como el Newington Butts de Londres, se podría reducir la aceleración del piso un 30%, lo que implica mayor resistencia contra vientos fuertes y temblores.
Esta tecnología de control de vibración basadas en los Inerter de Fórmula 1 podría ser instalada en edificios existentes mediante modificaciones estructurales.
Por si fuera poco, los nuevos amortiguadores podrían ayudar a proporcionarle energía al edificio, aunque claro está, no al punto de hacerlo auto sostenible. En este sentido, se podría recolectar energía de las oscilaciones inducidas por el viento, la cual podría usarse para alimentar los sensores inalámbricos empleados para el control del clima interior.
Vía | ScienceDirect