Las videollamadas han experimentado un crecimiento brutal en el último año y está claro que han llegado para quedarse. Por eso, no es raro que la mayoría de nosotros ya hayamos echado el guante a una webcam o tengamos previsto comprarla en los próximos meses. Tanto si es tu caso como si ya estás bien equipado, hoy te hablamos de un modelo que probablemente no querrás comprar, pero que es tan curioso que merece la pena que lo conozcas. Hablamos de la Eyecam, una webcam que da mucha grima.
¿Cómo funciona la Eyecam y por qué decimos que da grima?
Para gustos los colores y, oye, quizá haya alguien al otro lado de la pantalla a la que sí le parezca la idea del siglo. Siendo justos, como idea es buena, sin embargo, es innegable que para la mayoría de los mortales esta webcam llega a dar un poco de miedo. La Eyecam es una cámara recubierta por un molde que simula el ojo humano real. Busca precisamente este realismo y no solo los materiales empleados para ello lo consigue, si no que, además, en su interior cuenta también con seis motores, un Arduino y una Raspberry Pi. Todo esto, combinado entre sí, consigue que la webcam, que ya de por sí puede dar grimilla por su diseño, tenga además movimientos que simulan a los del ojo humano. Es decir, la cámara se moverá imitando las reacciones del usuario.
Pero lo más curioso es que va más allá de las ganas de innovar. En realidad, se trata de un proyecto de la Universidad de Saarland, con el que pretenden ofrecer una solución para ese vínculo emocional que se pierde con las videollamadas. Por ahora, se trata de un proyecto en fase de investigación, habrá que ver si finalmente llega al mercado.
¿Te gusta la idea y quieres probar a montártelo tú mismo en casa? Aquí puedes encontrar todos los archivos que forman parte del código abierto de este proyecto.
Vía | The Verge
