En plenos tiempos de crisis económica y política, con casos de corrupción que abren los telediarios día sí y día también, consuela saber que los españoles también somos capaces de hacer muchas cosas bien, e incluso de ser pioneros en algo que puede cambiar el mundo. Y es que la empresa española Graphenano (con sede en Yecla, Murcia) ha formado una «joint venture» con la empresa china Chint (una multinacional china especializada en las automatizaciones, la generación eléctrica y la pfabricación de placas solares) destinada a la fabricación de baterías de grafeno.
Aunque parezca algo baladí, el proyecto es sumamente prometedor tanto por las consecuencias que puede llegar a tener en el mundo de la tecnología como para la economía española. Y es que si el proyecto llega a buen puerto, puede generar muchísimo empleo e ingresos para nuestra economía. El proyecto comienza en marzo con las primeras 5 líneas de construcción, las cuales irán incrementándose hasta un total de 20 que permitirán fabricar 80 millones de celdas al año. El objetivo es llegar a una inversión de 350 millones de euros, dando empleo a 7.000 personas y alcanzando una facturación de 3.000 a 4.000 millones de euros, casi nada.
¿Pero qué es el grafeno y por qué es tan importante?
Se lleva mucho tiempo investigando y hablando del grafeno, pero hasta ahora no habían aparecido productos reales que hicieran uso del mismo y estuvieran destinados a ser producidos en masa.
El grafeno es un nanomaterial formado por carbono puro, con un grosor de un átomo y un patrón regular hexagonal que le otorgan al mismo características tan importantes como la dureza, la flexibilidad y la elasticidad; aunque en el mundo del almacenamiento energético, su cualidad más importante es el hecho de que posee una altísima conductividad térmica y eléctrica, es muy ligero y genera electricidad cuando es alcanzado por la luz.
El nombre comercial del producto es Grabat, y son baterías destinadas a estar en lugares tan diferentes como nuestro hogar, los coches eléctricos, un marca-pasos o nuestros smartphones. Pero Murcia no es la única región que ha participado en este proyecto, ya que en el desarrollo de las baterías Grabat han participado también las universidades de Córdoba y de Ciudad Real.
Coches, casas y smartphones del futuro: todos con baterías de grafeno.
Para hacernos una idea del sustancial cambio que implican las baterías de grafeno respecto a una actual de litio, debemos ver algunas de sus cualidades:
- Un tamaño entre un 2o y un 30% menor que las baterías de litio, o lo que es lo mismo, más espacio disponible que repercutiría en más capacidad para nuestros coches eléctricos y smartphones, o misma capacidad en terminales extremadamente delgados, en el caso de los segundos.
- Posibilidad de crear coches con autonomías de hasta 800 Km, que nos acercan bastante más a un mundo que no dependa del petróleo y las gasolineras (un Tesla S consigue 400Km en condiciones óptimas). Además, su bajo peso permitiría instalarlas en utilitarios sin añadir más de 100 kilogramos de peso extra.
- Tiempo de carga ultra rápido, que podría cargar un coche en 5 minutos con la red eléctrica adecuada, frente a la media de 3 a 5 horas de los coches actuales. Esto implica una flexibilidad de uso en estos coches que hasta ahora era impensable.
- Densidad de 1.000 Wh/kg con un voltaje de 2.3v, por lo que podrían incluso abastecer de energía a una casa entera (hay un modelo con capacidad de 24 kW)
- Gran modularidad, por lo que hasta podrán ser usadas en aviones. De hecho, la empresa Airbus ya ha iniciado negociaciones para implementarlas en sus aviones.
- Vida útil 4 veces superior a la de una de litio, ya que carecen de efecto memoria, por lo que la vida útil de los productos se alarga de forma exponencial y los residuos de baterías a reciclar disminuyen enormemente, con los beneficios ecológicos que ello conlleva.
Según sus creadores, el precio de Grabat será muy similar al de las baterías de Litio, por lo que en principio parece un candidato ideal para sustituir al litio con una gran rentabilidad.
Desde Gizlogic esperamos que este innovador proyecto salga adelante y que para dentro de un par de años estas baterías de grafeno nos permitan vivir al menos una semana sin preocuparnos de cargar nuestro smartphone o wearable favorito. Y es que si hay un campo de la telefonía móvil donde los avances llevan ya demasiados años llegando con cuenta gotas, ese es el de la autonomía de nuestros smartphones, cuyas baterías, aunque aumentan en capacidad, son incapaces de crecer en autonomía frente a la mayor potencia y consumo de los terminales actuales.