Pintaba demasiado bien. Incluso para aquellos para los que Apple no es santo de nuestra devoción (me incluyo), el MacBook Pro nos pareció un dispositivo bastante completo y bien aliñado. Sin embargo, desde primera hora sí que nos mostramos algo recelosos con la inclusión de los Thunderbolt 3 como únicos puertos disponibles y nuestros temores se han confirmado.
Y es que algo no va bien con esos puertos Thunderbolt 3 y la solución nos obliga, una vez más, a pasar por caja.
La conectividad a cargo de los Thunderbolt 3 es el gran punto débil de los MacBook Pro
Apple no quiere derrochar en conectores, prefieren ahorrárselos y engrosar aún más sus beneficios. Tras la polémica decisión de eliminar el jack 3.5 mm de su iPhone 7, volvió a despertar opiniones encontradas con la presentación de su MacBook Pro y los 2/4 (según versión) puertos Thunderbolt 3 que nos deben servir para todo. Con un adaptador USB Type-C, podemos hacer cualquier cosa para lo que necesitemos un puerto. ¿Práctico? Quizás.
Si no fuera porque los usuarios están reportando fallos de estos Thunderbolt 3 al usar estos adaptadores, quizás hasta nos habrían convencido. El problema es bastante importante si utilizamos nuestro portátil como complemento de un monitor u otro periférico para el que necesitemos conexiones HDMI o DisplayPort.
Una de las soluciones es utilizar el modo Alt, pero esto también presenta problemas y es que no todos los cables son compatibles con él ni siquiera los propios dispositivos: solo podremos utilizar este «truco» con aquellos que utilicen la controladora Texas Instruments TPS65983 de segunda generación. Los que utilicen la primera generación o el Alpine Ridge de Intel, quedan inservibles gracias a la gran idea de Apple.
La solución: comprar los adaptadores y cables oficiales de Apple
No queremos pensar mal (o sí), pero lo cierto es que el hecho de que la solución pase por comprar los carísimos cables oficiales de Apple para evitar problemas e incompatibilidades, huele a chamusquina (y esta vez no es por Samsung).
Una actualización de software debería bastar para resolver el problema. Mientras tanto, toca volver a vaciar el bolsillo.