El eterno debate sobre los videojuegos está ahora más abierto que nunca. Desde ahora, la Organización Mundial de la Salud reconoce entre su Clasificación Internacional de Enfermedades la adicción a los videojuegos como una de ellas.
¿Es un acierto considerar una adicción a los videojuegos como una enfermedad como tal? La OMS ya se ha pronunciado.
La adicción a los videojuegos puede ser patológica y afectar a la vida física y psicológica de la persona
Lo cierto es que, si atendemos a la patología del juego desmesurado, es evidente que estamos ante una enfermedad, como cualquier otro tipo de adicción y que inevitablemente reportará consecuencias para la vida física, social y psicológica de la persona que lo sufra. Hablamos de un comportamiento patológico y no de un simple hobby o afición.
La OMS reconoce en este caso que, ante este tipo de situaciones, ya no se trata de un desviamiento simple de la conducta o una actividad a reconsiderar, si no que entra en la categoría de enfermedad y, como tal, hay que elaborar mecanismos clínicos para resolverlos.
Por su parte, la industria del videojuego no ha tomado esta noticia con optimismo y tratan de excusarse en el tipo de videojuego que provoca esta adicción, buscando desvincular aquellos que comparten características con los juegos de azar con otro tipo de videojuegos diseñados únicamente con el deseo de entretener al público, como podrían ser Pokémon Go u otros títulos populares. Además, se apoyan en la tesitura de que no hay una evidencia científica detrás de esta decisión.
Estará cubierto por la Seguridad Social
¿Qué implicaciones tiene este reconocimiento de la adicción a los videojuegos como enfermedad? Al entrar en esta nueva clasificación, su diagnóstico y tratamiento estará cubierto por la Seguridad Social. La propia Organización Mundial de la Salud ha recordado que se han dado casos en los que los afectados han necesitado rehabilitación para salir de este problema.
En cualquier caso, se debe evitar la alarma social que esta clasificación va a generar, especialmente entre aquellos que no entienden que una simple afición por las redes sociales o los videojuegos no desencadenan siempre en una adicción. La adicción a los videojuegos es mucho más que pasar un rato entretenido frente a la pantalla o buscar salir de la realidad consumiendo este tipo de contenidos. Si el paciente experimenta cambios físicos y psicológicos, dejando de lado su vida por esta conducta, y tiene efectos graves sobre su desarrollo personal, es evidente que estamos ante un problema que debemos resolver.
Vía | CNN