Seguro que en más de una ocasión has utilizado los cargadores públicos que cada vez son más frecuentes especialmente en sitios como aeropuertos, restaurantes, bibliotecas… Un servicio realmente práctico que nos puede salvar de algún contratiempo indeseado. Todos los hemos utilizado ya alguna vez y en principio, no desconfiamos, al igual que cuando nos conectamos a una red pública. WiFi y cargador cuando estamos fuera de casa: no se nos ocurre nada mejor.
Entonces, ¿dónde está el veneno de este dulce caramelo?
Robo de datos a través de los cargadores públicos
Las principales firmas relacionadas con la ciberseguridad, como Kaspersky o Norton, ya nos han alertado en alguna ocasión acerca del uso de estos cargadores públicos. Y es que, al conectar nuestro smartphone a un punto de carga, es posible que un «ladrón de datos» haya alterado el sistema para transferir la información de tu móvil a sus sistemas o incluso para flashearlo e instalarle apps sin nuestro permiso.
Problemas eléctricos
Pero también el uso de cargadores públicos nos puede acarrear accidentes de tipo eléctrico si el cable o el puerto está defectuosos, a consecuencia de un mal uso o por algún tipo de incompatibilidad. Una simple descarga eléctrica puede destrozar nuestro smartphone.
Ahora que las vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina o que el buen tiempo invita a aprovechar mejor los puentes, deberías tener en cuenta esta información antes de recurrir con desesperación a los puntos de carga públicos. En estos casos, las powerbanks son la mejor opción, aunque también te recomendamos apagar el móvil, que estás de vacaciones, y hacerle un poco de caso a tu compañero de viaje. Verás como no es tan mala opción 😉