Hoy quiero poner sobre la mesa un tema que promete ser nuestro futuro, pero que es algo que me da tanta curiosidad como temor, a partes iguales. Te pongo en antecedentes. Nuestra identidad digital está cada vez más cerca. A grandes rasgos, lo podríamos resumir en que en el móvil podremos llevar toda nuestra documentación, se terminará nuestro dinero físico e incluso podríamos tener un sistema de «puntos de buen ciudadano» (similar al crédito social chino) que nos premiará o nos castigará. A priori, puede sonar bien: construir una mejor sociedad es el objetivo de todos. Pero, ¿por qué digo que me da temor? Porque con nuestra identidad digital, acabaría también nuestra libertad.
Esta reflexión ha surgido al hilo del hilo (valga la redundancia) de @StarkPrivacy, donde nos habla acerca de CDBC, Identidad digital y Crédito Social. La posición de este tuitero es clara: debemos mantenernos fuertes y no sucumbir a las «bondades» que nos prometan de estos métodos, ya que aunque son realmente cómodos (qué maravilla eso de no tener que llevar nuestro DNI encima, ¿no?), también tiene series inconvenientes que pueden atentar directamente contra nuestros derechos humanos básicos.
De entre estos tres temas, quiero hablarte del Crédito Social Chino, un temazo que he estado investigando, que desconocía y que me ha parecido curioso cuanto menos, especialmente teniendo en cuenta que una empresa privada como es Alibaba (el gigante que está detrás de AliExpress) puede dominar el cotarro. Vamos a intentar resumir esta tema de una forma esquemática para comprenderlo en apenas cinco minutos y poder tener una visión del asunto.
Qué es el crédito social chino
El crédito social chino es un sistema crediticio nacional que puntúa el comportamiento de los ciudadanos. Puede premiar o «castigar» en función de las puntuaciones obtenidas. Lo cierto es que, de momento, el crédito social chino no parece estar 100% instaurado y no está teniendo consecuencias en la vida de los ciudadanos.
Sin embargo, sí que hay un referente similar en la empresa privada: el Zhima Credit de Alipay. Alibaba ha puesto en marcha un sistema de calificación basado en el historial de compras de los ciudadanos. Los puntos se ganan haciendo compras y se pierden si dejas algún producto o servicio sin pagar. El máximo de puntos es de 950 y el mínimo es de 350 puntos.
Aquí es donde me surge una duda: ¿por qué una empresa privada puede determinar si eres o no un buen ciudadano en función de tus compras? Se supone que este tipo de iniciativas tratan de construir una mejor sociedad, pero el enfoque que se está haciendo considero que va más allá de eso y que en realidad está juzgando la capacidad económica de los ciudadanos.
Y daría un poco igual si simplemente funcionara como un sistema de fidelización de las tajretas de crédito que tenemos en Occidente o los clásicos puntos de las aerolíneas, por ejemplo. El problema es que el objetivo es «controlar», incluso se podría llegar a denegar un billete de avión a un ciudadano con pocos puntos o una compra concreta.
¿Llegará a Europa?
Suena a ciencia ficción, a película de Regreso al futuro o a novela de George Orwell. Pero lo cierto es que lo tenemos más cerca de lo que crees. Ciudades como Bolonia, en Italia, ya están probando algo similar. En 2022 se puso en marcha el smart citizen wallet (la cartera ciudadana inteligente), que permite clasificar a los ciudadanos bajo el paraguas de una puntuación que nos permitiría acceder a descuentos… o tener vía libre para comprar ciertos productos o servicios.
De momento, no hay noticias sobre una posible implantación en España, por lo que no parece que vaya a ser algo que vayamos a tener entre nosotros a corto plazo.
¿Qué son las CBCD? El dinero digital no es lo mismo que pagar con tarjeta
Aunque de momento parece lejano tener un modelo similar al crédito social chino, tenemos que decirte que desde el Banco Central Europeo están llevando a cabo un proyecto del que debes conocer todas sus implicaciones. A priori, suena fenomenal. Una moneda digital, que sustituiría al dinero en efectivo y a las tarjetas de crédito, una moneda única digitalizada que eliminaría intermediarios (sí, también a los bancos) y que lo tendríamos siempre disponible desde el móvil.
Y aquí viene el problema. El móvil se está convirtiendo en el epicentro de todo y, tal y como apunta el tuitero @StarkPrivacy, «ahora los teléfonos, incluso apagados son rastreables. Cada vez que quieras usar tu dinero sabrán donde te encuentras, que haces y con quién […] El euro digital (CBDC) hará que el dinero y el control absoluto del mismo esté bajo el control de una sola entidad, algo bastante peligroso a nivel de privacidad y soberanía. No podrás hacer uso de nada, ni comprar, ni intercambiar nada sin que tengan un registro de ello».
Además, las CBCD son programables. Es decir, se te podría controlar cómo y cuándo puedes usar tu dinero. Esto puede enlazar con el sistema de crédito social chino (o en este caso el que pudiesen implantar en Europa). Es decir, si no tienes suficiente puntuación, podrían prohibirte la compra de ciertos productos o incluso requerir que tengas determinado comportamiento. Por ejemplo, puedes gastar máximo de X en carburante para hacer el planeta más sostenible o bloquear determinadas compras si no haces Y. Sé que suena a conspiración, incluso algo paranoide, pero es un escenario plausible que hay que contemplar.
¿Se puede impedir esto? Es algo que no creo que se implante a corto plazo, pero el proyecto para ponerlo en funcionamiento ya está en marcha, por lo que más tarde o más temprano podría convertir en una realidad. El tema es que debería ser voluntario, pero se puede «forzar» en caso de que la gran mayoría de la población lo utilice.
Y ya no solo hablamos de brecha digital, que podría golpear a las personas mayores, a aquellas con un bajo acceso a la tecnología, entre otras. Hablamos de libertad y privacidad, de protección de datos, de no estar señalados y tener un perfil digital que nos rastree a cada segundo.
Sobre identidad digital
Otro melón que está cada vez más cerca es la identidad digital. Es un tema que nos gustaría abordar en profundidad en un artículo futuro, pero te adelantamos que ya está en marcha y esto sí que lo vemos muy, muy cerca. Esta identidad digital nos permitirá hacer todo tipo de gestiones desde nuestro móvil: pasaporte, DNI, carnet de conducir, dinero, etc… Todo rastreable.
¿Es el futuro? No tengo dudas. ¿Es seguro? El tiempo dirá. Lo que está claro es que tenemos ante nosotros un paradigma muy interesante, un cambio real de cómo vivimos y que lo podremos experimentar muy pronto. Veremos si esta evolución es positiva, si realmente nos hace la vida más cómoda o si nos lleva de camino a un lugar en el que perdamos autonomía y libertades.
Solo nos queda aplicar el sentido común todo lo que podamos y no dejarnos llevar por la corriente, ser críticos y actuar con responsabilidad. El futuro puede ser maravilloso, la tecnología lo es, sin duda, pero está en manos de todos usarla de forma responsable.
