Mientras que la mayoría del mundo se regodea de los beneficios del 5G, ya hay visionarios que ponen su mira en el 6G, la siguiente generación de redes de telecomunicación que deberían llegar en 2030. Una de esas entidades visionarias es Huawei, quien indudablemente ha hecho su parte en promover y encabezar la transformación 5G. En este sentido, el líder tecnológico chino expuso su visión del 6G durante la Conferencia Global de Comunicaciones celebrada en Madrid entre este 7 y 11 de diciembre; y hay que admitir que ha sido muy interesante su perspectiva.
Huawei define al 6G como red neuronal distribuida con enlaces de comunicación
Entrando en detalles, la conectividad 6G promete mucho más que velocidades altas de navegación y menor latencia, pues los servicios que serán posibles van más allá de las comunicaciones.
De acuerdo con Peiying Zhu, vicepresidenta senior de Investigación Inalámbrica de Huawei, el 6G luce más bien como una “red neuronal distribuida con enlaces de comunicación, en la que el centro de datos se convertirá en centro neuronal y los nodos de borde se convertirán en bordes neuronales”.
Continuando con esta línea de pensamiento, el 6G estará constituido por una red de sensores y dispositivos que se pueden usar para percibir el entorno mediante ondas de radio. Como resultado, se produce la denominada comunicación Virtual-X, la cual habilita la realización conjunta de tareas en el mundo real y virtual.
Naturalmente, a los usuarios solo nos ocupan los casos de uso y beneficios que nos pueda reportar esta tecnología, y podemos adelantar que la lista es bastante extensa.
Algunos de los casos de uso típicos del 6G son la comunicación háptica, multisensorial y holográfica, lo que tiene un enorme potencial de crear experiencias inmersivas. Pero esto es solo la punta del iceberg, pues las aplicaciones se extienden a la conducción autónoma de nivel 5, la robótica y la atención sanitaria inteligente y la inteligencia artificial como servicio.
Por lo tanto, las capacidades clave de la sexta generación de redes recaen en la IA nativa, la conectividad extrema y las redes no terrestres integradas, solo por mencionar algunas.
Sin embargo, todavía falta un largo trecho y muchos debates abiertos antes de poder establecer un estándar 6G global; razón por la cual lo expuesto hasta ahora es solo la visión de uno de los actores, pero no por eso hay que restarle importancia.
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