Una impresora 3D es una máquina que ha sido especialmente diseñada para imprimir en tres dimensiones, obteniendo como resultado objetos con volumen que se elaboran en un material que sea acorde con el uso que se le va a dar. No obstante, son muchos los usuarios que se preguntan para qué sirve realmente una impresora 3D.
Las impresoras 3D hicieron su aparición a mitad de los años 80, aunque no fue hasta bastante más tarde que se popularizo su uso, tanto a nivel industrial y empresarial como casero. En la actualidad se comercializan para uso doméstico y ocupan menos espacio que sus predecesoras, por lo que cualquiera puede imprimir sus propios objetos en casa, tan solo tiene que elegir el filamento para impresora 3D que mejor se adapte a las necesidades o características de lo que se quiere imprimir.
¿Qué es el filamento para impresora 3D?
Al igual que para las impresoras convencionales es necesario el papel y la tinta como materia prima, el filamento para impresora 3D es el material que se utiliza para crear este tipo de piezas con volumen. Existen diferentes tipos de filamentos según el material con el que estén elaborados. La elección dependerá del proyecto que se vaya a llevar a cabo, ya que, cada uno de ellos aporta sus propias propiedades y características. En líneas generales se trata de un hilo muy fino que va desde los 1.75 o 2.85 mm de diámetro.
El filamento para impresoras 3D se comercializa en bobinas, de diferentes colores, tamaños y tipos, como PLA, ABS, PETG, HIPS, PET, PVA, Nylon, Fibra de Carbono, entre otros. Según el objeto que se quiera producir, existen filamentos con diferentes tipos de acabados: con efecto madera, efecto mármol, efecto metalizado…
¿Para qué sirve una impresora 3D?
Una de las preguntas que se hacen la mayoría de consumidores cuando se interesan por este tipo de tecnología es para qué sirve una impresora 3D. Como ya se comentó con anterioridad, la impresora 3D sirve para imprimir objetos que tienen volumen y, según el uso que se le vaya a dar, se utiliza un tipo de filamento que le aporte las características necesarias.
En este sentido, a nivel doméstico, con una impresora 3D en casa se pueden elaborar objetos de uso cotidiano. Los objetos pueden ser de cualquier tipo, aunque limitados a un tamaño máximo. Sin embargo, los diseñadores consiguen realizar objetos de mayores dimensiones haciéndolos por partes y ensamblándolos posteriormente.
Con una impresora 3D, los únicos límites los pone la propia imaginación. Se pueden imprimir figuras u objetos de coleccionismo, inventar diferentes soportes para mejorar el día a día, estructuras útiles para el hogar, decoración… Tan solo hay que diseñar un objeto en un programa informático y voilá, la impresora 3D hará el resto. Una vez finalizado, se puede pintar o aplicarle cualquier tipo de acabado para conseguir mejores resultados.
Usos en sectores profesionales
Considerada una de las herramientas con más futuro en el sector empresarial e industrial, sus posibilidades abarcan cualquier ámbito profesional. Junto a la IA (Inteligencia Artificial), al IOT internet de las cosas) o la realidad virtual, será de las tecnologías que marquen el futuro a corto y medio plazo.
En la medicina
A nivel profesional, uno de los campos en los que su uso está más extendido es dentro de la medicina. Gracias a los avances que se han producido en este tipo de tecnología, se pueden imprimir prótesis personalizadas con un bajo coste y en tiempo récord. Mediante un escáner 3D o con el diseño preciso es posible crear la prótesis necesaria que cada paciente requiera.
En la ingeniería
En el campo de la ingeniería o I+D, con una impresora 3D se pueden elaborar modelos previos a los definitivos para trabajar con ellos. Así se consigue un prototipo que permita ir corrigiendo en caso de encontrar fallos. Así mismo, se imprimen las diferentes piezas que se necesiten para un proyecto determinado por separado y adaptarlas a cada necesidad.
En la restauración
En el sector de la hostelería, la impresión de comida es un campo con mucho futuro, pero en el que todavía queda bastante camino por recorrer. En la actualidad, hay empresas que comercializan impresoras 3D para imprimir una amplia variedad de alimentos, como dulces, chocolates… Algunos laboratorios han llegado a imprimir carne, con todas sus cualidades organolépticas que la hacen indistinguible de la real.
En el sector de la joyería
En la fabricación de joyas y bisutería también se puede utilizar la impresora 3D. Esto ha impulsado a muchos emprendedores a convertirse en diseñadores. Las piezas se crean con un software 3D y luego se imprime con un material de polvo de acero con acabado en oro, consiguiendo resultados espectaculares.
En la automoción
En las empresas de automoción, también hay fábricas en Estados Unidos que ya producen las piezas y repuestos de sus automóviles aplicando la tecnología de la impresión 3D. Con una de estas máquinas se imprimen todo tipo de componentes mecánicos, piezas de motor, engranajes…
En el entorno urbano
En último lugar la tecnología 3D aplicada al urbanismo. Los profesionales que trabajan en este campo quieren romper todas las barreras y han hecho posible que se impriman edificios o puentes con materiales de construcción que ofrecen resultados duraderos y calidad con diseños verdaderamente sorprendentes.
Las primeras muestras se pueden ver en algunas ciudades europeas, como es el caso del primer puente de acero impreso en 3D del mundo, que visitable en el Barrio Rojo de Ámsterdam.