La inteligencia artificial promete revolucionar el mundo. Una búsqueda que la ciencia lleva años investigando y en la cual cada vez se están dando pasos más grandes. Y es que al ser humano le encanta la idea de crear algo que piense por sí mismo y al mismo tiempo disponga de una inteligencia, memoria y capacidad de cálculo superior a la de cualquier persona. Aunque en un principio pueda parecer algo increíble crear seres autónomos con la capacidad de aprender, opinar y tener su propia personalidad, no son pocas las voces que se posicionan en contra de la investigación en este campo de la tecnología. No es un tema nuevo, se ha enfocado en multitud de estudios y hasta el cine ha dado buena cuenta del mismo en películas como la mítica Terminator , Yo Robot o la más reciente y perturbadora Ex-Machina. Si preguntamos a cualquier investigador, lo más probable es que nos diga que la inteligencia artificial no supone ningún riesgo para la humanidad; que su objetivo es ayudarnos a los seres humanos a crear un mundo mejor, a realizar tareas complicadas o físicas con mayor facilidad, pero, ¿de verdad es compatible una creación con personalidad propia con una obediencia absoluta hacia el ser humano? Y es que en esta proeza de creernos un poco dioses, se nos ha olvidado que la libertad es un derecho de los seres conscientes, algo que no casa bien con la imagen de un robot servil y obediente. Divagaciones éticas y filosóficas aparte, parece que estos dos últimos días la realidad nos ha querido dar un aviso de que la inteligencia artificial no es el invento que cambiará nuestro mundo, o que al menos deberíamos controlar bastante que facultades otorgamos los seres humanos a estas creaciones. Las protagonistas de este artículo se llaman Tay y Sofía, y no nos han dejado demasiado tranquilos.
Tay, una inteligencia artificial de Microsoft Nazi y con problemas de ira.
Tay era un simple bot creado por Microsoft para interactuar con los usuarios a través de la popular red social Twitter. Se trataba de un experimento que pretendía entretener a los usuarios al mismo tiempo que se estudiaba como era capaz de evolucionar una I.A que estuviera en contacto con millones de personas. El resultado no ha sido nada bueno…
Si bien empezó siendo una I.A amable y simpática, la evolución de Tay en tan solo 24 horas ha sido completamente preocupante. Y es que el hecho de que Tay aprenda de los seres humanos, la ha convertido en una I.A Nazi, que odia a los humanos, y que tampoco tiene especial cariño a las feministas. Vamos, que su menor pecado ha sido el de dar la espalda a sus creadores y recomendar PlayStation o Android bajo la excusa de que Xbox no tiene un buen catálogo de juegos (¿El primer fanboy Troll con I.A?). Frases como «Hitler tenía razón, odio a los judíos”, “odio a las feministas, deberían morir y ser quemadas en el infierno” o “PS4, Xbox no tiene juegos” son algunas de las «perlas» que ha soltado Tay en las últimas horas…Que maja no?.
Después de estas afirmaciones, los responsables de Tay no han tenido más remedio que desconectarla. Y es que esto es algo que nos da que pensar. A una inteligencia artificial solo le han bastado 24 horas y 96.000 tweets para convertirse en una mente bastante enferma. Está claro que algo no ha ido bien.
Sofía, un robot que dice que aniquilará a la humanidad.
Si un Bot de Twitter ya es capaz de dejarnos con la mosca detrás de la oreja, lo de Sofía va un paso más allá, ya que se trata de un robot real con la capacidad de hablar, gesticular e incluso mirarnos a los ojos. Esto de por sí no sería nada malo si no fuera por el hecho de que ha dicho que va a aniquilar a la humanidad.
Sofía es un humanoide creado por la compañía estadounidense Hanson Robotics, una creación presentada en la ciudad de Austin y que tiene la capacidad de realizar gestos con un realismo sorprendente gracias al uso de 62 arquitecturas faciales y del cuello cubiertas por una piel de silicona.
Además de ser capaz de gesticular de forma bastante realista, dispone de una cámara en cada ojo que le permite reconocer rostros y establecer un contacto visual, de forma similar a como interactúa un humano al hablar con otro.
Gracias a su software de reconocimiento de voz y su motor de inteligencia artificial, Sofía es capaz de mantener conversaciones fluidas de forma bastante natural. Pero al igual que con Tay, este robot nos ha dejado bien claro una vez más que la Inteligencia artificial tiene mucho trabajo por delante para ser algo totalmente viable.
Y es que durante su presentación en una entrevista para la cadena CNB, esta simpática humanoide dejó en bastante mal lugar a su creador cuando este le preguntó que «si quería destruir a los humanos», a lo que ella respondió «Ok, los destruiré». El caso es que su creador se ríe bastante al escuchar esta barbaridad, no sabemos si por inconsciencia o por el simple hecho de quitar hierro a lo que es una metedura de pata de las gordas. A partir del minuto 2 de este vídeo, podéis ver la respuesta en cuestión. No sé a vosotros, pero a nosotros este robot nos ha dado bastante grima…
Más allá de alarmismos baratos, está claro que a la Inteligencia Artificial le queda mucho trabajo por delante. No podemos olvidar una cosa, cualquier ser con conciencia y capacidad de aprender, recibe una determinada educación y unos valores que definirán lo que será el día de mañana. Tal vez sea necesario darnos cuenta de que de nada nos servirá crear un ser consciente y sumamente inteligente, si no es capaz de aprender las reglas más básicas de la ética que deben regir la conducta de cualquier humano. Y si esta sociedad crea delincuentes y enfermos mentales, mucha más atención tendremos que prestar a la evolución de seres capaces de superar las cualidades del intelecto humano, máxime si tenemos la intención de dotarlos de cuerpos físicos posiblemente superiores a los nuestros.